viernes, 13 de agosto de 2010

Un café...


Sentado comienza mi viaje;

Los minutos y los segundos reunidos al interior de una taza

El mundo que comienza a aromatizarse

Mezclándose en un preciso momento de perfección.

Un sonrisa que escapa;

y al primer contacto con el aire

se vuelve un cometa sin destino.


Dos pensamientos sentados,

Sobre un abismo de 3 centímetros,

Me acompañan en el borde de un plato


Aqui

Deambulo por remolinos creados con dos cucharadas de azúcar.

Y no existo.

Porque nado en ese universo que gira casi infinitamente.

Allí dentro; en el fondo

Mi mente halla una calma casi apasionada

Comprendiendo un lenguaje escrito por alguien

Que dejó olvidado sobre la espuma de mi café.


Vuelo;

En la memoria y en el tesoro de los segundos que me hacen sonreír.


Caigo;

En la frialdad de la incomprensión.

De ese mundo que gira alrededor mío,

Sin preocupaciones. Ni supuestos.


Mi paladar vuelve a sentir la miel

Quizás escondida por quien acompaña mi mesa

Es la suavidad del sueño,

Es una café de más

O es su mirada la que atrae a que este espacio de estrellas

¿Se construya y se vea así?


Termina mi viaje,


También mi sueño.

Y aquella cuchara toca fondo y se duerme.


Es una simple historia escrita sobre las servilletas por un fotógrafo sin su cámara de bolsillo.


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