
Los minutos y los segundos reunidos al interior de una taza
El mundo que comienza a aromatizarse
Mezclándose en un preciso momento de perfección.
Un sonrisa que escapa;
y al primer contacto con el aire
se vuelve un cometa sin destino.
Dos pensamientos sentados,
Sobre un abismo de 3 centímetros,
Me acompañan en el borde de un plato
Aqui
Deambulo por remolinos creados con dos cucharadas de azúcar.
Y no existo.
Porque nado en ese universo que gira casi infinitamente.
Allí dentro; en el fondo
Mi mente halla una calma casi apasionada
Comprendiendo un lenguaje escrito por alguien
Que dejó olvidado sobre la espuma de mi café.
Vuelo;
En la memoria y en el tesoro de los segundos que me hacen sonreír.
Caigo;
En la frialdad de la incomprensión.
De ese mundo que gira alrededor mío,
Sin preocupaciones. Ni supuestos.
Mi paladar vuelve a sentir la miel
Quizás escondida por quien acompaña mi mesa
Es la suavidad del sueño,
Es una café de más
O es su mirada la que atrae a que este espacio de estrellas
¿Se construya y se vea así?
Termina mi viaje,
También mi sueño.
Y aquella cuchara toca fondo y se duerme.
Es una simple historia escrita sobre las servilletas por un fotógrafo sin su cámara de bolsillo.
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